domingo, 10 de febrero de 2008

LAS MARAVILLAS DE UNA LENGUA VIVA

Cuando uno posea por sus restauradas calles puede captar la profusa mezcla y al mismo tiempo la armonía: vestidos elegantes polleras de campesinas que presurosas caminan hacia algún sitio. Hombres de la ciudad y hombres del campo destacan en sus parques.
Y es en la lengua, donde, probablemente, mejor se puede percibir la casi infinita riqueza de la cultura popular ¿quien no ha oído
el cantado cuencano y sus formas de expresión tan particulares, que sirven para calificara alguien como morlaco en cuento suelta las primeras palabras. La lengua de Cuenca se la nutrido y se nutre de las herencias ancestrales. Aquí vivieron los Cañaris, gente esforzada y hábil. Mas tarde vivieron los quichuas e introdujeron en parte su lengua y su cultura; pero el Cañar subsistió como lengua de resistencia. Y tiempo después con la llegada de los Españoles se completo el panorama de la las influencias básicas.
Hoy, el español cuencano Azuayo es una lengua ágil y rica, a veces con entonación lago encabritada y saltarina.

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